martes, 13 de noviembre de 2012

"El príncipe y el mendigo" de Mark Twain

Debo:Ahora si hemos batido el record. Demorarnos casi dos meses en leer un libro demuestra que nos falta tiempo, por hacer tantos y tantos deberes.
Cate:Otra vez usted, quejándose del colegio. Póngase feliz porque se acerca el día del concierto de Justin Bieber y ya casi hemos reunido lo de las entradas.
Debo: Pero debimos haber leído más, para las golosinas ja ja ja.
Cate: Justo leímos este libro de Mark Twain, cuando nos cambiamos de lugar en las fotos del carnet, vió la cara del inspector cuando le dijimos que nos habían cambiado de nombres, fue de lo más chistosa.
Debo: Lo bueno de ser gemelas iguales, es que nos podemos cambiar y  ver con nuestros ojos lo que la otra ve.
Cate: Recuerda cuando en la escuela nos cambiábamos y a las profes les hacíamos locas. Fue sensacional esa época.
Debo: Pero a mi mami no hay como engañarle, ella dice que la voz es totalmente diferente. Verá que en "El príncipe y el mendigo" de la colección Ariel Juvenil que leímos, no menciona a nadie que pueda diferenciarlos. Además le pregunto, cree usted que haya alguien más, idéntica a nosotros y no lo sabemos? Verá que en el libro se habla de un niño pobre y el rey de Inglaterra idénticos. ¿Cree que suceda algo así en este mundo?
Cate: Eso querría decir que muchas personas tienen su gemelo. En nuestro caso sería una gemela mía y una suya, entonces habría en este mundo cuatro personas iguales y de los otros gemelos cuatro y entonces...
Debo: Ya va usted con sus cuentas. Preguntemos a nuestros amigos si alguna vez se han encontrado con una persona idéntica a alguien o a sí mismos?. Nosotros aun no. Cuéntennos de sus casos.